(pov: chad)
No se como reaccionará Dean al verme, primero si lo encontraba y segundo, que es lo que más deseaba en este momento, si seguía vivo, después de toda esta situación habían muchísimas bajas, el mundo se estaba yendo a tomar por culo, eso estaba claro ya que teníamos a los muertos caminando sobre la tierra.
Desde que pude huir de aquel tiroteo no había parado de pensar en Dean, después de todo no era solo mi mejor amigo, era como mi hermano y lo intentaba siempre cuidar como tal, por ello lo que más me afectó fue desaparecer de esta manera, que me dieran todos por muerto y huir de ese lugar, por lo menos hasta que pasara el peligro, la gente esa me quería muerto si o si y si volvía con Dean y los demás sabría que hubieran ido en mi busca y lo menos que quería es que les pasara algo por mi culpa.
Intente dejé de pensar de todo esto mientras seguía conduciendo para pasar la frontera a Estados Unidos, todo estaba desierto, eso me ponía nervioso y hacía que acelerara aún más, quité la mano izquierda del volante para frotarme la barbilla, eso hizo que mi mirada se desviara durante unos segundos a mi muñeca, allí tenía un pequeño tatuaje que me hice nada más llegar a Mexico, era un símbolo que para mi tenía el mayor de los significados, hermandad, Dean. Aún recuerdo como me lo había hecho, me había trasladado a El Carmen, pueblo donde me quedé hasta hoy en día trabajando en una cantina, allí conocí a un hombre llamado Joaquin, quién me ofreció que me haría ese tatuaje por mi chupa de cuero y una de mis gafas de sol, gran favor dado que yo no tenía nada de dinero y tampoco es que en la cantina me dieran lo suficiente, más bien una miseria pero al menos me dejaban quedarme a dormir y comer con ellos.
Puse mi mente en blanco o al menos eso intenté durante unos minutos, la preocupación me estaba matando y soledad la estaba ayudando a ello, no había cosa que más detestaba que sentirme solo. Miré la radio e intenté encenderla y localizar algún canal sin quitar la vista de la carretera, pero como me había imaginado solo se escuchaban pequeñas interferencias, había intentado eso desde que me había montado en el coche, apagándola y encendiéndola todo el rato. ¿Qué cojones habían pasado con todos? vale joder, si, no me esperaba que estuvieran en sus puestos de trabajo emitiendo como si de un partido se tratase, pero joder, tenían que mantener a la gente informada ¿no?, Me quedé en silencio durante unos segundos y maldije en voz alta como un loco, qué ostias, si fuera yo estaría mandando a la mierda a los demás y salvando mi propio culo.
No sabía si llegaría a encontrarle, si daría la gasolina para pasar la frontera o si encontraría una gasolinera cerca, pero juraba por todo lo que quería que encontraría a ese chaval y lo cuidaría, sin volver a alejarme de su lado, después de todo me necesitaba, y yo a el, muchísimo.