(pov: Kyle)
1997 / Gaia / PortugalMe encendí un cigarro mientras me encontraba desnudo en la cama y me quedé observando la pared de la habitación del hotel, lo cierto, es que estaba prohibido fumar allí pero era algo que la verdad no me importaba en absoluto, Mark, un joven inglés que había venido a vivir a Portugal para buscar una nueva vida se encontraba a mi lado observándome mientras me fumaba aquel cigarrillo.
Después de que Katherine me convirtiera en 1886 después de habérselo pedido durante unos meses, casi arrastrándome por decirlo así, estuve vagando por Londres, Chicago, España y por último aquí, Portugal, había perdido la pista de Katherine pero después de todo había conseguido todo lo que quería. Había estudiado algunos de sus pasos, o bueno, los que se dejaba estudiar ya que era una de las personas más inteligentes, precavidas y calculadoras que había conocido en mi vida, y la verdad que era una especie de Sirena, algo parecido a un canto o una palabra que ella soltara por la boca ya tenía a todos los hombres que quisiera a sus pies, yo tal vez.. no le interesé.
Ahora yo estaba saliendo o mejor dicho viéndome con este chico, no es que fuera homosexual, más bien es que no me daba ascos nada, mejor así, más para escoger. Y aunque
estuviera con Mark, las orgías y mi debilidad por las chicas no cesaban para nada, aún dándose cuenta el de esto el seguía queriendo estar conmigo, qué entrañable.. no es que yo no sintiera algo por el, más que nada ya que tenía el famoso interruptor
apagado aunque era raro de que yo repitiera con alguien, muy raro, y más si era un hombre, pero el tenía algo, y supongo que era que no preguntaba cosas sobre mi, no quería saber nada o al menos, no lo mostraba, y eso me tranquilizaba bastante.
- Entonces..- me comentó en voz baja, yo no dije nada, simplemente giré lentamente la cabeza y me quedé observándole.- esto es una despedida, verdad?.
No dije nada, me quedé mirándole durante bastante tiempo seriamente, no sabía como pero sin haberle comentado nada había acertado de lleno. Asentí lentamente y poniéndome en pie me acerqué a la ropa que había en la silla para comenzar a vestirme.
- Estuvo bien mientras duró Mark, quédate con eso.- respondí secamente, Mark no dijo nada, se limitó a quedarse en la cama mientras terminaba de vestirme.
Me puse el abrigo y le miré de nuevo, no se había movido del sitio y aún me seguía mirando fijamente, me acerqué hacía el por su lado y me metí las manos en el bolsillo del pantalón mirándole fijamente, permanecimos así durante unos minutos hasta que por fin le agarré de la barbilla suavemente y le di un tierno beso en los labios, Mark no dijo nada, simplemente se dejó llevar hasta que cuando terminé me fui por la puerta sin saber nada más de el.
No sabría como le iría en la vida, si sacaría lo que quería llegar a ser, si su hermana se casaría finalmente con el hombre que quería o si incluso, su madre estaba mejor de aquel accidente, Mark, aprovechaba para desahogarse conmigo todas las noches, y aunque yo no le comentara nada el decía que se sentía feliz teniéndome cada noche a su lado, creo que el echo de que no me dijera nada antes de irme fuera la decepción que le di, quien sabe, creo que nunca lo llegaría a saber.