Charlotte, North Carolina - Hospital - tarde. (reservado) |
[18 Mar 2011|07:13pm] |
Me había separado algo del grupo para la verdad no se para que, me gustaba de vez en cuando pensar en mis cosas o bueno eso quería intentar, la verdad es que nunca pensaba en mis cosas, no tenía nada en lo que pensar, en esta situación la verdad es que si y en el por qué de todo, de esta especie de apocalipsis y el por que gente con las tripas colgando podían resucitar e ir de canibalismo todos juntos y mi pobre daisy, mi pez, seguía aún enterrada en el patio del colegio.
Estaba sentado en una camilla comiéndome una de las muchas chocolatinas que había sacado de una de las máquinas, eran mi debilidad, da igual de que fueran, que marca y si me gustaban o no que yo me las comía, dejé algunas a mi lado en la camilla y me quedé observando la puerta mientras comía una de ellas. Todo había sido muy rápido y bastante extraño, pero quitando las muertes, que, si estuviera en otra situación esto me daría más trabajo y más paga, no me gustaban nada, bueno a quien iban a gustarles, quitando todo lo malo de todo esto, me encantaba la vivencia con estos extraños seres polimorfos del prado del señor. Eran especiales, sobretodo Luke, Connor y Dean, a quien había cogido muchísimo cariño, demasiado.
Luke era el típico buenazo, encantadora y maravillosa persona, era talentoso en su trabajo por lo que había visto, simpático, agradable, se podía hablar de todo con el y le tenía muchísimo cariño, era como un familiar más, un hermano. Connor era el gorrón, majadero, risitas, inocentón, especial, Connor era lo que yo siempre había querido tener por un hijo mayor, era uno de los que más quería aquí y era bastante curioso y novelero, cosa que me encantaba de el, luego Dean, oh mi pequeño y macarra hijo pequeño por decirlo de alguna manera, aunque sea una persona seca y antisocial la verdad es que era una de las mejores de aquí, cuando le cogías la chispa era la cosita más agradable y simpática que te podías echar en cara y eso se lo agradecía bastante, quería muchísimo a estas tres personas, se puede decir que más que a nada. Por último estaba Natasha, pero que podía decir de Natasha más que era el amor de mi vida? y yo sin decírselo.
Continué con mi cuarta chocolatina mientras miraba a a mi alrededor, era una habitación normal con dos camillas y un baño, me senté mejor sin dejar de mirar y seguí comiéndome la chocolatina ahora mirando hacía el baño, la verdad es que hacía unos minutos que escuchaba unos gemidos procedentes de ahí, como llevaba un tiempo aquí y no me había aparecido nada y eso que masticaba bien fuerte no pensé que sería nada, quizás algo de mi cabeza o la verdad, no tenía ni idea, pero el caso es que vi una mano en el suelo, como alguien que se arrastraba para salir del baño, uno de ellos. Me quedé paralizado durante un momento pero al fijarme que de cintura para abajo no tenía nada me calmé y seguí comiéndome la chocolatina mientras observaba como se acercaba gimiendo poco a poco. Miré a los envoltorios de las chocolatinas que me había comido y luego a esa cosa reptando, se los tiré pero no llegaban más allá de mis rodillas, resoplé fastidiado al pensar que tenía que tirarle algo de más peso y le tiré una de las chocolatinas, de las que menos me gustaban por supuesto, pero solo conseguí darle en un ojo sin inmutarse. Me encogí de hombros y masticando el trozo que tenía en la boca seguía mirándolo mientras movía las piernas pensativo, bajé poniéndome el resto de chocolatina en la boca y fastidiado le di un buen pisotón en la frente estallándosela, me jodía bastante levantarme, emitió un último gemido más fuerte y volví a sentar tragándome el único trozo que me quedaba en la boca y abriendo una nueva. La verdad es que era bastante flufi estos muertos, me quedé mirando el cadáver del cadáver más pensativo aún de lo que estaba.
Suspiré de nuevo y dejé mitad de la chocolatina en la camilla, no sé por que estaba actuando de esta manera, como si nada me importara, a quién quería engañar? Nunca tuve a nadie en la vida, ni amigos ni pareja, desde que me fui del lado de mis padres nunca había estado con nadie, siempre trabajando y viviendo por y para ello, fines de semana en casa enclaustrado viendo los dibujos o jugando al warcraft, adelantando deberes del trabajo o simplemente durmiendo y mirando al techo, era bastante serio, o al menos cuando estaba solo, eso quería decir que estaba engañando a los demás? yo no lo pensaba así al menos, necesitaba una distracción, algo o alguien con los que se rieran, ya fuera conmigo o de mi, miré por un momento al techo bastante triste, pero al momento me encogí de hombros y seguí comiéndome la chocolatina.
- Y un cojón, yo soy así, verdad amigo?.- pregunté al muerto del suelo con una pequeña sonrisa.
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