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Había separado a Mara del grupo para hablar con ella de nuestros temas, después de todo, ella, Natasha y Connor eran los que se habían acercado a mi cuando estuve mal, así que tenía una ligera confianza con ellos y les solía contar todo o eso iba a hacer, pero al poco de ponernos escuchamos unas pisadas provenientes de las escaleras que teníamos al lado, miré rápidamente por si se trataba de uno de esos seres que pudieron quedar dentro, pero cual fue mi sorpresa al encontrar a dos tiazos increíbles parados al final de ellas, abrí la boca con gesto sorprendido y me quedé mirándolos durante un momento, el alto de ojos verdes estaba sumamente bueno, era como si un Dios griego se te posara delante, con todo su resplandor.

Sacudí la cabeza varias veces cerrando la boca después que preguntara si éramos supervivientes y miré a Mara, que se había quedado medio en shock al no esperárselos delante de ella, eso o le cautivaron como a mi. Volví a mirar al Dios y asentí con la cabeza lentamente.

- Eh.. sí...- respondí mirándolo timidamente.- quien.. y..- respiré hondo haciendo una pequeña pausa armándome de valor, tenía una mirada que dejaba callada a cualquiera.- y ustedes? qué.. qué hacen aquí?.